martes, 26 de abril de 2016

¿Tu me comentas? Yo te comento

¡Hola soñadores!
Estaba paseando por el mundo blogger y he encontrado una iniciativa muy chula que me ha llamado la atención.
Todos tenemos a nuestros blogs en un pedestal, y a todos nos gusta entrar en nuestro blog y ver que tienes algún que otro comentario. Así que, me he sumando a la idea con el fin de ayudarnos mutuamente.


¡ANIMAROS A PARTICIPAR!

jueves, 21 de abril de 2016

CAPÍTULO 6



Alicia 


Suena la alarma que me puse anoche antes de irme a dormir. Son las seis de la mañana y la primera clase la tengo a las ocho y media. Tengo tiempo de sobra para prepararme tranquilamente y asegurarme de que llevo todo al primer día de clase.
Abro la ventana de mi habitación para que se ventile y cojo mi neceser y una toalla. Salgo de mi habitación y me dirijo al cuarto de baño que se encuentra al final del pasillo de las habitaciones de las chicas.
No se oye ni un ruido. Mis compañeras de pasillo deben de seguir durmiendo, es demasiado pronto. Entro al baño y me dirijo a una de las duchas. Me quito la ropa y la dejo junto a la toalla que he traído. Abro el grifo y noto el agua caliente cayendo por encima de mí.
Una ducha al levantarme me espabila bastante y es el momento perfecto para pensar en mis cosas. Pero bueno, ahora no tengo mucho en lo que pensar. Solamente me viene a la cabeza la imagen de mi amiga Ester, hoy pisará por primera vez su universidad. Luego la llamaré para ver que tal va.
Termino de ducharme, me envuelvo en la toalla y regreso a mi habitación. Me dirijo al armario y saco mi vestido blanco con flores azules estampadas. Estuve pensando todo el verano que era este el vestido que quería llevar durante el primer día.
Saco mi estuche de maquillaje.Opto por un maquillaje ligero y me pongo sólo un poco de base, lápiz negro y rítmel. Me paso la plancha para alisarme el pelo y lista.
Tan solo son las siete y media, tengo cuarenta y cinco minutos para desayunar. Me aseguro que lo llevo todo y me cuelgo mi cartera en el hombro derecho.

Una vez en la cafetería de la residencia me dirijo al mostrador. Una chica de pelo castaño recogido en un moño me atiende. La pido un café con leche y cuando me lo sirve le doy las gracias y me despido con una sonrisa.
Tan solo quedan veinticinco minutos para que empiece la primera clase, debo de darme prisa si quiero llegar a tiempo. Me termino el café y me apresuro a atravesar todo el campus ya que el edificio en el que tengo clase está bastante retirado del edificio en el que me encuentro.
Cuando estoy atravesando el césped noto que mi móvil está vibrando. Lo saco del bolsillo de la cartera y miro la pantalla. Es un WhatsApp de Ester.
¡Ya estoy en la Universidad! Es fantástica me encanta. Luego te llamo y me cuentas que tal te va. Un beso !!
Me alegro muchísimo de que Ester esté tan contenta.
Guardo el móvil de nuevo y alguien silba a mis espaldas. Me doy la vuelta para ver de quién se trata y justo en ese momento mis libros caen al suelo conmigo y alguien encima de mi.
Un chico de pelo negro rizado a caído encima de mi. Por su vestimenta podría decirse que intimida bastante. Va vestido con unos vaqueros negros y una camiseta del mismo color ajustada que hace que se le marquen los abdominales y le resalte la musculatura de los brazos. Se le ven numerosos tatuajes en el cuerpo.
-Eh tu novata, a ver si tienes un poquito de cuidado. -Me dice mirándome con sus ojos negros como el carbón.
-Yo no he sido, has sido tú el que ibas corriendo y has chocado conmigo. -Digo en un tono un poco elevado ante la reacción de haber oído que me ha llamado novata. No soporto que los más veteranos se metan con los nuevos. Ellos en algún momento también lo han sido y estoy segura de que no les hubiera gustado que se lo hicieran a ellos.
-Anda mira tú por donde. Que la niña del vestidito se me pone a la defensiva. No tengo tiempo para niñatas como tú, apártate de mi camino.
Y con estas palabras se aleja corriendo.
La manera con la que me ha hablado hace que me ponga de mal humor. Pero , ¿quién se creerá?. Se le ve que es un chico que se cree superior a los demás, justo la clase de gente que no soporto.
Como es el primer día decido olvidarme de esta escena, no quiero pensar en esta tontería que hará que no disfrute.
-!Alicia!- Oigo que alguien grita a mis espaldas y me giro, esta vez asegurándome de que no voy a chocar con nadie.
-¡Hola Mery! - Contesto.
-Que bien que te haya encontrado, he llamado a la puerta de tu habitación pero no estabas.
-Si, bueno... He salido a desayunar bastante pronto.
-Era para que me dieras tu número de teléfono, ayer no nos acordamos.
-Si claro, apunta.
Al cabo de unos segundos ambas tenemos nuestros números. Nos despedimos y quedamos en vernos a la hora de la comida.

Por fin llego al edificio en el que se imparte la clase de Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales. Entro en la clase. Aún es pronto y el profesor todavía no ha llegado, pero algunos alumnos ya ocupan algunos pupitres.
Opto por sentarme por el medio. Detesto sentarme por el final porque la mayoría de las veces no se escucha nada.
Las mesas están ordenadas en filas de dos en dos lo que implica que tendré que tener un compañero de mesa, cosa que no me molesta, es más me alegra.
Poco a poco la clase se va llenando de gente. Como aún quedan cinco minutos para empezar la clase, saco de mi cartera el libro Buenos días princesa, de Blue Jeans. Me encanta este autor juvenil. Cuando me enteré de que tenía una firma de libros en Madrid y se lo dije a Ester, que también le encanta, no dudamos en estar allí las primeras.
Abro el libro por el marcapáginas y me centro en la lectura.
-Perdona, ¿está ocupado?-Alguien me está hablando.
-¿Cómo? -Digo para asegurarme de que es a mí a quien se está dirigiendo.
-Qué si está ocupado - Me señala al pupitre que está pegado al mío con una sonrisa encantadora.
-Ah no , perdona. Puedes sentarte si quieres.- Le contesto con una sonrisa
El chico de pelo castaño me guiña un ojo y se sienta al lado.
-Encantado, soy Manu. -Me extiende la mano.
-Encantada, soy Alicia. -Imito su gesto y le sonrío.
En ese momento el timbre que anuncia la primera clase suena y el profesor entra por el puerta. Todo el mundo toma asiento, sacan sus libros y aguardan en silencio.
-Buenos días. Espero que tengan ganas de adentrarse en el maravilloso mundo de las matemáticas. Antes de empezar con las clases, que eso ya será el próximo día, me gustaría decirles que mi nombre es David y  yo vengo aquí a asesinar las matemáticas. -Mientras dice estas palabras toda la clase se echa a reír.
Este profesor tiene algo peculiar, presiento que sus clases van a ser las mejores de todo el año. Cuando termina de explicarnos lo que vamos a hacer durante el curso escolar, nos pone un ejercicio en la pizarra. Tenemos que hallar los valores de las letras SEND+MORE=MONEY. Es una tontería, pero nos tiene entretenidos el resto de la clase.
Suena el timbre y anuncia el final de la clase. Al parecer Manu y yo tenemos en común la siguiente asignatura.
Salimos del aula y atravesamos el pasillo. Observamos que al final del pasillo hay un grupo de alumnos observando una pelea. Cuando uno de los profesores se percata de lo sucedido acude al lugar y lo desaloja.
-¡Alejandro, al despacho del director!- Dice a uno de los alumnos que estaba participando en la pelea.
Cuando el alumno se gira, puedo observar que es el mismo chico que chocó antes conmigo.
 Mientras camina dirección al despacho del director acompañado del profesor me dirige una mirada y pone los ojos en blanco.

lunes, 11 de abril de 2016

CAPÍTULO 5





Alejandro 


Otro año en esta mierda de facultad. Otra vez los partes de expulsión, las peleas y alguna que otra noche en comisaría.
Cierro el grifo de la ducha y con sólo una toalla alrededor de la cintura me dirijo al armario. Saco unos pantalones vaqueros negros y una camisa negra de manga corta. Me miro en el espejo y veo al chico de diecinueve años que soy. En estos dos últimos años mi aspecto a cambiado bastante, más bien, podría decirse que ha dado un giro de trescientos sesenta grados, y ese cambio sé a quien se debe. Dos años después aún no me puedo creer que ese cabrón haya hecho lo que hizo. Sí, cabrón, mi padre es un auténtico cabrón. Será mejor que no piense en él, no quiero que vuelva a pasar lo que pasó la última vez que ese novato de primer curso me lo trajo a la mente.
Me siento en el borde de la cama y me pongo mis deportivas blancas. Sé que están viejas y bastante desgastadas pero  me gustan demasiado como para cambiarlas por otras. Un pitido que proviene de mi BlackBerry interrumpe el silencio que se había creado en mi habitación.
Me dirijo al escritorio y veo el WhatsApp que acabo de recibir. Es de Mario.

"Eh, tú, huevón. Sal cuando quieras, tú a tu ritmo. Llevamos un cuarto de hora en el pasillo. VAMOS"

Que pesado es este tío. Pero en el fondo me cae bien, él y Rafa. Han sido mis únicos amigos en la Universidad de los Estados del Valle desde que entré por primera vez hace un año.
Los tres somos iguales, los mismos gustos, la misma vestimenta, la pasión por los tatuajes...
Cojo la llave de mi habitación y salgo al pasillo donde me están esperando Mario y Rafa.
-Vamos tío, ya tenemos la bebida comprada. Vamonos antes de que nos vea el conserje y  nos la quite.
Observo la bolsa que lleva en la mano y compruebo que es cierto, ya han comprado las litronas.
Salimos del pasillo de las habitaciones de los chicos y tras atravesar la puerta del edificio sin ser vistos por el conserje, nos dirigimos a la parte de atrás del edificio más lejano del campus, aquel rincón al que nadie tiene narices a acercarse porque saben quienes son aquellos tipos problemáticos que habitan ese lugar.

miércoles, 6 de abril de 2016

CAPÍTULO 4





Alicia


Me apresuro a salir al pasillo a ver de dónde o de quién proviene el grito que ha retumbado en toda mi habitación. Por la intensidad me figuro que ha tenido que ser del pasillo de las habitaciones de las chicas.
Cuando salgo al pasillo no hay nadie. Que raro. Estoy segura que he oído a alguien gritar, y juraría que era una chica. A lo mejor a alguna de mis compañeras de pasillo le ha ocurrido algo dentro de su habitación. Una parte de mi quiere llamar a las puertas de mis compañeras para asegurarme de que todo está bien, pero por otro lado, pienso que no las conozco de nada y me pueden decir que no me meta donde no me llaman.
Como no me puedo quedar con la duda de si alguien necesita mi ayuda decido llamar a la puerta que tengo al lado para asegurarme de que todo está bien.
Cierro la puerta de mi habitación y golpeo suavemente la puerta de la habitación 1ºB. A los pocos segundos, una chica pelirroja de media melena abre la puerta.
-Hola. Soy Alicia, de la habitación 1ºA. He oído un grito y quería asegurarme de que todo estaba bien. ¿Os ha pasado algo?
-No aquí no ha sido. Y nosotras no hemos oído nada, lo siento. - Me responde la chica pelirroja.
-Ah vale, perdona por molestar. - Respondo un poco avergonzada.
-Nada, no te preocupes. -Y cierra la puerta de la habitación 1ºB dedicándome una sonrisa.
Pruebo esta vez con la habitación que tiene enfrente, pero nadie responde. Lo mismo ocurre con la que se encuentra enfrente de la mía.
No quedan más habitaciones en las que preguntar, solamente hay cuatro habitaciones por pasillo y un baño al final. Me asomo al cuarto de baño pero está vacío.
Como no encuentro respuesta, decido volver a mi habitación. De camino, me pongo a pensar si verdaderamente ha sido una alucinación mía o realmente no ha sonado nada. Pero todo es muy raro, juraría que lo he oído. Cuando estoy metiendo la llave en la cerradura de mi habitación, noto que una puerta se abre a mis espaldas.
Me doy la vuelta y veo que la puerta de la habitación 1ºB está abierta y la chica pelirroja con la que he hablado antes me está llamando.
- ¿Andrea? - Dice la chica dirigiéndose a mí.
- Alicia.- Sonrío alegremente mientras la corrijo.
- Eso, perdona. - Me contesta vergonzosamente.
- Nada no te preocupes. Dime.
- Ven , corre, pasa.- Me dice  mientras mueve rápidamente la mano indicándome que pase.
Cierro la puerta de mi habitación y obedezco a la chica pelirroja. Entro en la habitación y lo primero que veo es a una chica morena con el pelo a media melena, al igual que la chica pelirroja. Pero ésta está completamente empapada de gelatina.
-¿ Qué te ha pasado? - Pregunto preocupándome por ella.
-¿ Por qué la has dicho que pase ? - Le pregunta la chica morena a la pelirroja ignorando mi pregunta.
-A lo mejor ella sabe algo, no seas tan borde.- Le contesta la chica pelirroja.
-¡Estoy completamente llena de gelatina y me dices que no sea borde!
-Claudia cálmate, ni ella ni yo tenemos la culpa. Solo intentamos ayudar.
Al oír las palabras de su amiga la chica embadurnada de gelatina parece calmarse. Por lo que he oído hablar a las chicas, sé que la morena se llama Claudia. Comprendo que esté un poco irritada, yo también lo estaría, pero me podría haber contestado, yo no tengo la culpa como bien le ha dicho su amiga.
-Cuando ha entrado a su habitación, algún graciosillo o graciosilla le ha puesto un cubo lleno de gelatina arriba de la puerta, y al entrar se le ha caído encima. La he oído gritar y la he metido corriendo para no llamar la atención.-Me explica la chica pelirroja.
-¿Enserio? Ahora que lo dices me da miedo entrar en mi habitación y que me ocurra lo mismo. - Le digo con una cara de asombro que no puedo ocultar.
-Sí. Siento haberte mentido cuando te he dicho que nosotras no sabíamos nada, pero no queríamos llamar la atención. Luego lo hemos pensado mejor ... bueno lo he pensado mejor -se corrige cuando Claudia la recuerda con los ojos que ha sido cosa de ella - y he decidido llamarte a ver si tu sabías algo.
Vaya, no me puedo creer que haya gente en la Universidad que se dedica a hacer este tipo de bromas.
-Pues siento deciros que no, no se nada. -Niego con la cabeza.
Claudia escucha la conversación mientras se quita con una toalla la gelatina de toda la cara.
-No sé quién ha podido ser, pero alguien anda por ahí con las llaves de nuestras habitaciones. -Dice Claudia mientras saca ropa del armario para cambiarse.
-A ver ... En la habitación 1ºA estás tú, -Dice la pelirroja dirigiéndose a mí- ésta es la B y es de Claudia, y la C es la mía.
-Pero el pasillo tiene cuatro habitaciones, y no sabemos quién habita la D.
-Es el primer día y aún hay gente registrándose. A lo mejor todavía no ha llegado. -Decido participar en la conversación.
-Tiene razón, deberíamos esperar por lo menos a mañana.
-Si tengo que esperar, esperaré. Pero esto no va a quedarse así.
Parece ser que la chica morena no piensa quedarse de brazos cruzados.
Pasamos un buen rato conversando acerca de por qué hemos elegido ésta Universidad, de qué ciudades venimos, que vamos a estudiar durante los próximos años...
Al terminar la conversación, ya sé que la chica pelirroja se llama Mery. Parece que a Claudia la caigo un poco mejor, y no parece ser tan borde como ha demostrado al principio, se la ve que en el fondo tiene buen corazón.
Cuando Claudia se ha terminado de limpiar los restos de gelatina, nos da la hora de comer.
-¿Quieres venir a comer con nosotras?- Me pregunta Claudia con una sonrisa en la cara.
-Claro. -Contesto sonrojándome. No esperaba hacer amigas tan pronto, de hecho creía que me iba a tirar todo el curso sola encerrada en mi habitación estudiando.
-¡Perfecto!- Grita la pelirroja poniéndose en pie para salir de la habitación.
Salimos de la habitación de Claudia y nos dirigimos al comedor. Para ser el primer día no está yendo tan mal, por lo menos no voy a comer sola. Me alegro de haber conocido a estas chicas y espero poder compartir con ellas los buenos momentos que nos esperen en la Universidad de los Estados del Valle.